LOS MILAGROS Y SANIDADES EN LA BIBLIA.


A lo largo de las sagradas escrituras existen múltiples testimonios escrito de personas que fueron objeto de milagros respecto a cosas que a la realidad parecían imposible, el Hijo de Sara a los 90 años, esposa de Abrahán, el éxodo mismo del pueblo de Israel, el mana del cielo, el hacha que floto por la petición del profeta Eliseo,  las múltiples batallas ganadas por el pueblo de Israel contra todos los caananitas, la plaga de los tumores y ratones que hace dio a aquellos pueblos que robaron el arca de la Alianza, la posición de Daniel el profeta de Dios, ante el rey Nabuconodosor en el tiempo de la cautividad del pueblo Hebreo en Babilonia, la victoria súbita de David ante Goliat, los 15 años añadidos al rey Ezequías, la llegada del Mesías, los cantaros de agua convertidos en vino, la multiplicación de los panes y peses en el monte, la transfiguración, y una de las más importantes que es la resurrección del Mesías. 

De igual modo existen múltiples testimonios de milagros en sanidad, así como la cura de la lepra de Naamán, la cura del flujo de sangre de la mujer israelí, la cura de los distintos leprosos por parte de Jesus, el Mesías, cegueras, incapacitados y resurrecciones. Que sin duda paran a fascinar nuestra mente, pero que a veces no nos permitimos en reflexionar e internalizar respecto a estos acontecimientos veraces de la palabra de Dios.


Hace unos años, un joven tenía a su hermana en la cama de un hospital muy enferma, condenada por la ciencia a ser un paciente terminal, Vivian con la agonía y martirio de no poder tener la posibilidad de esperanza para la sanidad de su hermana, en cierto momento algunos grupos religiosos visitan a esta chica y le dicen que tales enfermedades inexplicables son producto y causa del pecado, ella en su sufrimiento se atrevió a pensar que quizá hizo algo muy malo en su vida cotidiana y por eso Dios trajo ese sufrimiento a su vida: desgastarse por una enfermedad que le consumía su vitalidad día a día, y que le separaba de ver crecer sus dos hijas y atender a su esposo. En la visita que le hace el hermano ella le pregunto, -manito será verdad que Dios castiga-, a lo que el respondió siendo conocedor de la palabra -que no, Dios no se deleita en jugar con nosotros como si fuésemos ratones o gallos de pelea-

El hermano se despide y pregunta a Dios aun si lo que le dice su hermana es cierto, y leyendo la palabra de Dios lee: he aquí bienaventurado es el hombre a quien Jehová castiga, por tanto, no menosprecies la corrección del todopoderoso. Job 5:17,  esto le impacto pero al seguir leyendo se dio cuenta que todo no es como parece, el texto siguiente fue consolador y revelador, expresando: porque él es quien hace la llaga, y él la vendara, el hiere y sus manos curan. Job 5:18  su mente inmediatamente de dedico a pensar en los tiempo en que Israel fue dirigido por jueces, de manera que cuando había juez que dirigiera en Israel, este prosperaba, pero cuando el juez moría en Israel volvía a desviarse y llenar de pecado, venían situaciones verdaderamente difíciles sobre este, para hacerlo entrar en razón. Ciertamente ilustrando que el padre que quiere a su hijo le castiga en señal de corrección para evitar que se pierda, castigo más no condenación. Apresurado le escribe por textos a su hermana y la invita a leer en la biblia que él le había dado para que confirmara tales palabras, y dejándole saber que si Dios castiga a quien ama, pero que él no está para hacer que la humanidad sucumba antes tantas plagas y enfermedades que destrozan la carne y los huesos, sino que eso es causa de la misma maldad que en esta vida esta, y que a pesar de las circunstancias Dios permite que las cosas fluyan no interviniendo en ellas pero que siempre está presto a ayudar cuando se le llama con sincera humildad.

Esta historia parecerá mentira pero no lo es, y la razón es porque es mi propio testimonio, mi hermana, desafortunadamente ella partió con Dios ya hace unos años de aquel trágico incidente, pero ella tuvo paz, murió con los que amaba, tranquila, confiada en Dios, así encomendó su alma y espíritu y durmió. Muchas veces nos hallamos demandando de Dios grandes cambios o milagros en nuestras vidas y no miramos las verdaderas intenciones de nuestro corazón, pretendemos ser buenas personas, pero haberse no nos fijamos en detalles que son donde Dios pone sus ojos, y es allí cuando el manifiesta su magnificencia. Sea que nos libre de una tribulación  o partamos con él, siempre hay que saber que Dios hace todo por algo, antes de eso mi familia era dividida, vivíamos en contiendas, en un constante afán, luego de esa experiencia somos diferentes, os hemos vuelto más humanos, familiares, solidarios con otros que no conocemos. Y en fin la  gloria de Dios se manifestó en todo, aunque el dolor de perder un ser querido esté presente, pero recuerda no somos eternos en esta vida.

En resumen no quiero aludir que Dios no te puede librar de una enfermedad, no, sin embargo él puede sanar tu alma, hacer grandes cambios y enseñarte a entender que la vida no consiste en recibir grandes milagros para poder seguir adelante, sino que el estar vivos es ya en si un regalo, disfrutar de las mañanas en cada amanecer, el poder descansar, el poder observar, sentir oler, el saber que cada día es un regalo de Dios, él nos ha entregado la tarea de responder por nuestros cuerpos en cierta forma, a veces vemos que por ser seropositivos la muerte esta comprada, pero reflexiona en mismo hecho de nacer implica el morir, no nos atormentemos en eso, tarde o temprano llegara aquel momento que hará que nuestros cuerpos vuelvan al polvo, en lugar de pensar en eso piensa en el día que tienes por delante, encomienda a Jehová tus caminos y tus pensamientos serán afirmados. Vive al máximo, y ocúpate de tu vida, de tu cuidado, eres el propio sacerdote de tu propio templo entregado por Dios mismo, adminístrale bien, y recibirás galardones.